La evolución del sistema nervioso autónomo ofrece un principio organizativo para interpretar la significancia adaptativa de los procesos afectivos de los mamíferos, incluyendo el cortejo, la excitación sexual, la cópula y el establecimiento de vínculos sociales duraderos. Según la Teoría Polivagal, el cambio filogenético en la regulación neural del sistema nervioso autónomo atraviesa tres etapas, cada una con una estrategia de comportamiento asociada, desde la inmovilización hasta la movilización y finalmente la socialización mediante el nervio vago mielinizado.
Desarrollo Filogenético del Sistema Nervioso Autónomo
El sistema nervioso autónomo se ha desarrollado a través de tres etapas filogenéticas principales que corresponden a diferentes estrategias de supervivencia: inmovilización, movilización y socialización. Cada etapa está marcada por la dominancia de un componente específico del sistema nervioso autónomo: el vago no mielinizado, el sistema simpático y el vago mielinizado, respectivamente.
Esta evolución acompaña la capacidad de los mamíferos para ajustar rápidamente la salida cardíaca en respuesta a estímulos sociales y ambientales.
Vinculación Eemocional y sistema Vagal
El nervio vago juega un papel crucial en la regulación de las interacciones sociales a través de la expresión facial y la vocalización, facilitadas por su conexión neuroanatómica con los nervios craneales.
La Teoría Polivagal propone que el nervio vago no solo regula las respuestas fisiológicas básicas sino que también está involucrado en la formación de vínculos afectivos y comportamientos de cortejo, proporcionando las bases neurobiológicas para la intimidad y las conexiones sociales duraderas.
Oxitocina y Vasopresina: las moléculas de la Socialización y el Amor
Las interacciones entre la oxitocina y la vasopresina, y su regulación de los núcleos medulares del nervio vago, juegan un papel esencial en la modulación de la excitación sexual, la cópula y el desarrollo de vínculos de pareja duraderos.
Estas hormonas facilitan no solo las respuestas fisiológicas asociadas con la reproducción sino también la formación de preferencias sociales y la vinculación emocional entre individuos.
Implicaciones para la Comprensión del Amor y la Afectividad
La Teoría Polivagal proporciona un marco para entender cómo el sistema nervioso autónomo puede influir en la capacidad de los mamíferos para formar vínculos afectivos complejos y duraderos, resaltando cómo la evolución ha moldeado nuestra experiencia y expresión del amor.
Las bases neurobiológicas de la intimidad, el cortejo y la vinculación afectiva reflejan la adaptación filogenética de los sistemas nerviosos para facilitar la cohesión social y la supervivencia de la especie.
Este resumen proporciona una visión integral de cómo los sistemas nerviosos autónomos y las hormonas asociadas regulan comportamientos fundamentales que sustentan las interacciones sociales y afectivas, subrayando la complejidad y la importancia evolutiva del amor y la conexión emocional en mamíferos.
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